EXPOSICION EN EL CORTE INGLES SOBRE LA SEMANA SANTA MARINERA.

Posteado por Manuel Estellés el mayo 2, 2020

En el Corte Ingles de la Avenida de Francia se realizó una exposición sobre la semana Santa Marinera de Valencia, donde, como no podía ser de otra manera, se contemplaba el cristo de la parroquia de Nuestra Señora de los Ángeles del Cabañal, por ser pieza fundamental de la semana Santa Marinera y por la gran devoción que le tiene toda la feligresía del Cabañal.
Relativo a este Cristo del Salvador de la Parroquia de Nuestra Señora de los Ángeles, y referido a la concepción artística de su creador, tomamos parte de la descripción que de él hace, en un trabajo de tecnología, Lucas Redondo Bonet, de cuya obra dice, sustancialmente, lo siguiente: “Destinada a ser imagen de culto y cabeza de paso procesional de Semana Santa, la figura recoge, en cierta medida, gran parte de la tradición imaginera barroca, en la forma de representar al crucificado. A grandes rasgos, podemos decir que la sensación de conjunto, que el autor desea transmitir, es el representar la muerte inminente de Cristo. La anatomía de la figura da muestras de que en ella todavía existe un pequeño hálito de vida, expresado esto, en la tensión existente, sobre todo en la zona del tronco, aunque el rostro nos invita a pensar, que esa pequeña llama de vida, pronto se extinguirá.
La cabeza ladeada hacia la derecha, nos da la clave para situarnos en el momento de la muerte de Cristo, y esta dejadez, esta esta falta de
resistencia, es uno de los síntomas. Los ojos cerrados y su concavidad muy pronunciada, el ceño fruncido en actitud de dolor, los pómulos salientes y, sobre todo, su boca entreabierta, nos anuncian que se trata del momento del último aliento de Cristo antes de la muerte…
En el estrecho tronco, aparecen remarcados bruscamente, los huesos que conforman la zona de las costillas y el abdomen. El resalte de las costillas y el hundimiento abdominal, crean la sensación de respiración contenida, del último aliento, que deberá expulsar inmediatamente, como así indica la boca entreabierta”.

Sobre esta obra hay dos anécdotas, la primera relativa a la intervención que sobre la obra se empeñó en hacer el párroco de turno, intervención que supuso para el autor un serio disgusto, pues consistió en añadirle una peluca y cambiar la policromía para añadir más heridas, incluso cambiando de lado la herida del costado, y que en breves palabras, este mismo Lucas Redondo relata de la siguiente manera “un estratosférico injerto capilar practicado al “divino paciente”, envidia de cualquier inventor de lociones crecepelo… Además, incluidas en el lote, se le añadieron, una nueva corona de espinas, pues aquel párroco temía que la original, de mayor tamaño, no dejaría admirar tan frondosa mata de cabello, y una ampulosa y recargada corona de gloria, que no hace otra cosa que resaltar, aún más, el contorno de la horrible prótesis capilar”.

La obra se realizó en 1940 para sustituir la original, destruida en el 36. Siendo párroco don José Ferrer Ferrer y por un precio de 5.000 pesetas.  Nº de Catalogo 3004.

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